…si lo que es más preciado se esconde y lo más vil se deja expuesto,
¿acaso no es evidente que la sabiduría que se prohíbe ocultar es más vil que la locura que se manda esconder?
Erasmo, Elogio de la Locura

2 abr 2012

Anne Elliot, mi Amadís de Gaula



Desde el año pasado me dediqué a disfrutar una de tantas lecturas que no había hecho antes y –con intervalos para no empalagarme– fui leyendo todas las novelas Jane Austen. Claro que había visto montones de adaptaciones en el cine y la televisión (Mr. Darcy se ha fijado en mi mente como Colin Firth y eso no me molesta en lo más mínimo), pero nada se compara al placer de leerla. Las sutilezas, la ironía, el humor –la inteligencia, al fin– de sus observaciones sobre personajes y situaciones que son al mismo tiempo imposibles de creer cercanos y que sin embargo vivimos como propios, me resultó maravillosa.

En las protagonistas de Austen, la preocupación por casarse es siempre parecida, pero asombra la amplia paleta de tonos y matices diferentes con las que pinta a cada una de ellas; al punto de que en cada una su problemática vital parece distinta. Y de hecho lo es.


La semana pasada terminé el ciclo de las grandes obras leyendo Persuasión, novela que Austen no llegó a publicar en vida y a la que según dicen los críticos tampoco llegó a re-corregir, como con las otras. Se nota en esta novela una mirada distinta: la protagonista ya no es tan joven, sino que está a punto de convertirse en una solterona porque perdió una oportunidad anterior y ahora tiene 27 años (¡horror!), tampoco hay aquí ninguna condescendencia con la nobleza, sino todo lo contrario, porque los más ridiculizados son quienes están pendientes de las tiranías del estatus social marcado por la sangre.  

Es verdad que le falta a esta novela la complejidad en la trama que tienen otras como Orgullo y prejuicio, Sensatez y sentimientos o Emma, pero me quedé fascinada con AnneElliot, su protagonista. Mientras tenía el placer de que nos presentaran y disfrutar de su amistad ficcional, volví a pensar en el asunto del último post y del comentario que me había hecho Paula. ¿Con qué tipo de héroes y heroínas nos identificamos? ¿Cómo va cambiando con los años la imagen de nosotros mismos que vemos reflejada en la ficción? No lo sé, pero descubrí que Anne Elliot es mi heroína favorita de Jane Austen.

Lo que pensé con Persuasión es que resulta algo muy distinto identificarse con un personaje que tomarlo como modelo. Creo que muchas de nosotras nos creemos parecidas a Elisabeth Bennet (la protagonista de Orgullo y prejuicio), todas queremos ser tan ácidas, agudas e inteligentes como ella, queremos creer también que sus actitudes y posiciones frente a los demás son las que nosotras mismas tomaríamos en situaciones semejantes. 

No es eso lo que me pasó con Anne Elliot; ella es como quisiera ser. Anne es el modelo perfecto: práctica, sensata, compasiva, útil a los demás, pero nada ingenua y con una mirada crítica admirable para los demás y para sí misma. No estaría nada mal recordar a Alonso Quijano e intentar emular al modelo, con mejor suerte y criterio, eso sí.

Yo, casi a la edad de Anne Elliot yendo en tren hacia Bath donde sucede gran parte de su novela.
 ¡Qué terrible, cuánta juventud pasada!

Hablando de "Anas", todo lo contrario me sucedió con otra lectura nunca hecha hasta ahora, Ana Karenina. A esa Ana desde antes de la mitad de la novela ya quería verla debajo de las vías de un tren. Por suerte Tolstoi cumple y después nos deja terminar la novela con muchas páginas finales sobre el querido Kostia Levin.

12 comentarios:

Paula Irupé Salmoiraghi dijo...

Muy linda entrada!!! Aunque todavía tiene esa cosa de "la juventud pasada", de lo "terrible" de que haya pasado la juventud. Mis heroínas preferidas son viejas y son heroicas porque han llegado a viejas, sobrevivido a la juventud tan inquietante y peligrosa. No tengo muchos ejemplos famosos para darte, hasta ahora he puesto a funcionar mi maquinaria sobre un cuento de Angélica Gorodischer que se llama "Retrato de la emperatriz" y sobre el libro de poemas de Juana Bignozzi, Mujer de cierto orden.

Julia dijo...

Gracias, sí puede que tengas razón y que no corresponde lamentarse tanto, pero no me vengas con que no es terrible el paso del tiempo... Es fantástico lo que se gana con los años en experiencia y quién sabe tal vez también en sabiduría,si tenemos suerte, pero la lozanía de la juventud no puede no extrañarse. Yo quiero la chancha y los veinte, ja!

Ramiro dijo...

Amadís de Gaula está aún por descubrir:

http://ramiropinto.es/escritos-literarios/ensayos/amadis-de-gaula-2/

Julia dijo...

Ramiro, gracias por pasar por aquí y por el link a tu trabajo. Saludos!

Stuart Clayton dijo...

Julia, I have a little box of chocolates de simpatía envueltos en láminas de oro. Occasionally I take a nice one out to give someone who needs my sympathy. I'm not sure whether you need one in the present case, so I must ask a few questions.

Do you regret no longer being young because life was so much fun then ? Then you may now be merely a bit greedy, and should lay off chocolates.

Or did you not have enough fun, but believed that so long as you were young there was at least some chance of catching up on happiness ? If so, and you are now disappointed, I would be inclined to give you two chocolates.

You may wonder why I have this box of chocolates at all, and why I have not eaten them all myself. The reason is that I have never regretted anything I have not done, but only things I have done. Also, whoever gets a chocolate must return the gold foil. Most people are more interested in that than in the chocolate, so they never get either from me.

Julia dijo...

Oh, this is a difficult question!
Contesto en castellano, como habíamos arreglado.
En primer lugar, quisiera tener your sympathy, no matter what. Pero de todas formas trataré de contestarte. Creo que no entro en ninguna de las dos opciones que presentas. Ni mi vida era mejor en esa época, ni dejo de ser codiciosa por querer, además de lo que tengo ahora, también lo que tenía en ese momento.
El paso del tiempo y los estragos que hace en alguien que no cuida mucho su aspecto, como yo, es algo que no puedo dejar de lamentar. No es nada terrible, ni es un sentimiento de arrepentimiento doloroso. Pero me veo en fotos de cuando tenía 20 o 30 años y me parezco relativamente linda: el problema es que en ese momento me sentía fea. There's the cruel regret I experiment... ¿por qué no podía verme a mí misma en ese momento, como veo ahora a mí yo de entonces? Parece muy superficial, pero creo que eso me hubiera dado más seguridad para muchas cosas, me hubiera sentido muy distinta... Pero ahora eso ya pasó.
Nada tremendo, como decía; al menos me enseña a tratar de aprovechar la oportunidad cuando se la tiene cerca.

Stuart Clayton dijo...

Pero me veo en fotos de cuando tenía 20 o 30 años y me parezco relativamente linda: el problema es que en ese momento me sentía fea.

Most women se quejan de que se sienten feas ahora, whereas when they were younger estaban seguras de ser lindas. But you have passed into the looking-glass world, like Alice - everything is backwards ! Borges would have approved.

I don't understand why women allow themselves to get tied into this business of judging themselves by what they see in a mirror or a photograph. It is bound to end in tears, facelifting and voluminous fur coats.

Take an example from us men. As we grow old, we don't do much more than comb out three strands of hair over our baldness, which only makes us look ridiculous. And we don't look at old photographs of ourselves. We burn them and go looking for a young plaything. (no digas a tu esposo que dije eso !!)

Julia dijo...

jajaja!
No, my regret: no haberme sentido linda cuando lo era razonablemente.

Many men grow old better than women, junto con esta foto que publiqué hay otras que le saqué yo a mi marido (era mi novio en ese momento) y creo que está mejor ahora que entonces.

Stuart Clayton dijo...

Maybe he thinks the same of you. I would be cautious about believing the naggings and complaints of introspection. After all, we deceive ourselves much more often than other people deceive us - primarily because we have more opportunities, or "privileged access" as the philosophers call it.

Julia dijo...

mmm, may be would say so... but I won't ask: I wouldn't believe his answer anyway.

¡Me encantó eso de que nos engañamos más a nosotros mismos porque tenemos más oportunidades o acceso privilegiado! Estoy segura de que no voy a olvidarlo más ;-)

Anónimo dijo...

Voy a opinar de todas formas ;-) .
Aunque con algo de retraso porque mis visitas de ocio al ciberespacio no son tan asiduas. Creo que de tu heroina lo único que te falta es algo de ser práctica, el resto no veo que te falta en nada, ni la sensatez, la compasión, la utilidad a los demás (no tiene un nombre propio esta cualidad?) ni la mirada crítica.
Respecto a la belleza pasada y presente y los diferentes y variados tipos de belleza, ya sabes mi opinion al respecto.
To Stuart, though I´m not as blind as to not enjoy a young beauty when I see it around, I prefer my playthings well-educated, refined, and a little older than "too young", and my wife fits perfectly into that categories ;-)
No es necesario que firme con mi nombre, no? Que es mas lio comentar con mi nombre (y soy medio perestroiko con estas nuevas tecnologias de blogs facebooks twitters)

Julia dijo...

¡Qué lindo, mi amor, recién lo veo!
(10 años después...)