Una tarde por la ciudad de Tonrquist, en cuya plaza central el diseño del paisajista Carlos Thays se juntó años después con las estructuras de hormigón de Francisco Salamone. El resultado actual es muy estimulante, ojalá algo de eso se pueda percibir en estas imágenes.
Las cuatro manzanas que ocupa la plaza tenían todo lo necesario. Había senderos para pasear, bancos para descansar, juegos para jugar y patos que querían ser alimentados. Fuimos a comprar pan y los complacimos, por supuesto, pero para ese entonces la máquina había quedado sin batería.
Me encanta cómo contrasta el color alegre de los juegos con el cielo algo apocalíptico detrás. |
(Fotos Diego Landro, as usual)
2 comentarios:
Muy bellas fotos y un lugar digno de verse, realmente...
Me alegro que te haya gustado, Natalia y gracias por pasar por aquí!
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