As God is my witness...
¡Nunca, nunca más volveré a dar clases de 9 a 11 de la noche!
Con toda mi credibilidad por el piso, hay que ver ahora de qué me disfrazo para salir adelante y mantener cierta dignidad en la facultad después de las terribles experiencias de los últimos dos años.
Muchas cosas hay para contar de la visita a la ciudad de Azul de la última semana, así que empecemos por el principio de las Jornadas Cervantinas, que tuvo una inauguración perfecta.
En la plaza Don Quijote, donde están las esculturas de Regazzoni sobre los personajes cervantinos, durante una noche con una temperatura más que agradable, se invitó a todos los azuleños a descubrir el mural que había pintado Rep para hermanar su ciudad del medio de la pampa con Alcalá de Henares (en la foto de arriba se adivina el mural por detrás de la pantalla de proyección, un poco demasiado fina para cumplir su cometido, a decir verdad). Antes y en ese lugar, José Manuel Lucía Megías, dictaría una conferencia sobre la vida de Cervantes.
Estaba todo listo, llegaron los protagonistas, se encendió el sonido y luego de las formalidades de rigor con las que se dan comienzo a los actos (siempre tan prescindibles, nunca faltos de ridícula pomposidad), allí y entonces, comenzó la magia.
Lucía Megías logró el equilibrio perfecto de información, encanto, poesía y divulgación. Todos los espectadores, vecinos, especialistas y niños llevados por sus padres, fuimos cautivados por su reconstrucción de la vida de Cervantes, de la que de hecho se sabe tan poco.
Mientras él hablaba se proyectaban dibujos de Rep, como los videos que habían amenizado la espera, con las muestras de su trabajo en el muro azuleño que teníamos frente a nosotros. Pero inmediatamente empezamos a descubrir que los dibujos y las palabras tenían mucha coincidencia. De lo que hablaba José Manuel se veía un reflejo en la pantalla. Ya lo tendrían todo grabado y planeado desde antes, pensamos...
Pero, no, no era así. No nos lo habían anunciado: fue una sorpresa bien guardada y perfectamente calibrada. Rep estaba allí mismo, a un costado, dibujando in situ y en "tiempo real". Llevado por la reconstrucción de la vida de Cervantes que hacía Lucía Megías, él iba dibujando su propia versión o visión.
Pude hacer un video casero y de muy mala calidad de algunos minutos de la conferencia-show multimedia. No logra ser un documento preciso, supongo que los Azul pronto sacarán un video genial con todo esto, pero al menos aquí puede verse ahora un mínimo testimonio de lo que fue esa noche que tuvo mucho de mágica.
Antes de que terminara la conferencia (no era difícil calcular cuánto faltaba, tratándose de la vida de Cervantes), quisimos verlo a Rep trabajando.
Fue más sencillo de lo que creímos y pudimos sacarle fotos bien de cerca.
No éramos los únicos curiosos, como se podrán imaginar.
Rep usaba hojas grandes, marcadores negros y, a algunos dibujos, les daba una terminación mojando el dedo en café o en vino.
Para terminar, no sé si fue uno de mis dibujos preferidos (¡pasaba tan rápido de uno a otro que no dejaba de enamorarme de uno cuando ya empezaba otro!), pero sí que se inspira en uno de mis textos preferidos de Cervantes: la dedicatoria y prólogo al Persiles, escrito poco antes de morir.
Nota final para romper la magia con la seudoacademia:
Quería dejar sentado que en los últimos minutos del video que grabé, José Manuel Lucía Megías lee el famoso soneto de Cervantes sobre el que yo basaba mi ponencia en las Jornadas Cervantinas ("¡Voto a Dios, que me espanta esta grandeza!"). Fue un gran placer oírselo leer, como sólo pueden leer los españoles a Cervantes, aunque no estoy de acuerdo con su modo de entenderlo, como si la primera voz que allí aparece fuera la del propio autor (que todo puede ser, pero no es como yo lo entiendo).