Las cosas se ponen cada vez más peligrosas. ¿No se insiste tanto con la seguridad o la sensación de inseguridad en nuestro país? Pues bien, la violencia ha llegado a mi casa; o a mi mesa sería más apropiado decir.
La otra noche pegué un respingo cuando al entrar en la cocina descubrí un mensaje mafioso esperándome.
No es lo que uno quiere encontrarse servido en el plato (sin mucha originalidad, lo primero que vino a mi mente fue aquello de que "La venganza es un plato que se sirve frío" y temí pensar qué habría hecho yo para merecer esto).
("Para ver otra vez su comida tiene que buscar en la heladera. Grupo Maestro.")
Pero aún peor fue la sorpresa al abrir la heladera. El tembloroso pedido de auxilio de las pobres víctimas me conmovió
("Gracias, una de nosotras ya fue cortada en pedacitos y temíamos correr la misma suerte")
No pude contener mi curiosidad y quise contemplar el resultado de tanta violencia. Por más desagradable que fuera, allí iba a encontrar pistas para desenmascarar a los delincuentes. Reconozco que la siguiente imagen es un poco fuerte y no apta para espíritus impresionables, de modo que no la expongo aquí. Quien tenga suficiente presencia de ánimo puede verla bajo su propia responsabilidad.
La historia tuvo un final feliz, las milanesas fueron rescatadas y cumplieron su objetivo en la vida: ser víctimas de su legítimo victimario... o sea yo.
Permanece, eso sí, la sospecha de que mi marido no tiene suficiente trabajo los martes por la noche cuando se queda a cargo de las dos chicas, la comida, el perro y la gata... ¿qué otra tarea podría encargarle para que olvide sus ingeniosidades? (Aclaro que lava los platos y deja la cocina impoluta)
8 comentarios:
Yo creía que lo más terrorífico que había visto era mi frigorífico, pero no.
Desvelado el misterio del pailebote, por cierto, gracias al dato del Sr. D'Onofrio.
Ah, bueno, si esas tenemos el martes próximo, a saber, mañana, lo único que vas a encontrar a tu regreso será una cocina desordenada, las chicas despiertas, la gata comiendo los restos de la comida directamente d elos platos sobre la mesa ;).
Como si para mi no hubiera sido igual de anustioso encontrar que habías sido víctima de una extorsión perpetrada por desconocidso, y en nuestra propia casa. ;)
Si piensa que dar a publicidad los hechos hará que las milanesas sean liberadas se equivoca. Por ahora se encuentran bien guardadas a bajas temperaturas, pero su suerte puede cambiar de un momento a otro.
Ohh!
Los tres comentarios me asustan por diversas razones (al menos el de Aa contribuye con el agradecimiento a mi señor padre, pero ¿le aterrorizará el descuartizamiento o el desorden de la heladera?)
El descuartizamiento.
Uf, qué alivio!
Yo que usted empiezo a mirar con desconfianza a su "entrañable" familia: de tan "amorosa", ordenadita, proclive a los cartelitos ... Teléfono para Alfred Hitchcock.
Claro ¡hace rato que NOS miro con desconfianza!
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