Lo de ayer fue un shock estético. Con pocas horas de diferencia (o no las suficientes como para procesar tamaña extremosidad) recorrí de una punta a otra el arco perceptivo que va de la calamidad a la exquisitez. De alguna forma sentí que me movía entre los confines de lo que puedo llegar a apreciar como espectador. De la nausea vomitiva, la incredulidad, el pasmo y el asombro; a la satisfacción plena, la incredulidad, el pasmo y el asombro.
Por la mañana, gracias (?) a Santi, vimos este video increíble. Si alguna vez necesitáramos definir qué entendemos por mal gusto, aquí tenemos la perfecta demonstratio ad oculos.
No sólo es fea la música, los que cantan, lo que bailan, sino que –como bien apunta Diego– el asombro es mayúsculo por la falta absoluta de coherencia entre la forma y el contenido. Se los anuncio desde ya: el propósito expreso del video clip es promover el turismo latinoamericano en Israel. Así como lo oyen (o lo leen). Al parecer, muchos temen visitar Israel por preconceptos errados sobre el país: el peligro en sus calles, la violencia diaria (presten atención a las declaraciones del principio, de tono documental). Por suerte estos artistas son convincentes y totalmente efectivos para cambiar esas ideas en nuestra cabeza...
Aquí lo tienen, pero se los advierto, puede que no sea salubre verlo entero. ¡Presérvense!
¿Siguen vivos?
Bueno, ahora viene todo lo contrario. A la noche, como tantos viernes auspiciados por abuelos colaboradores, fuimos al cine. En cartel estaba esta película, A Single Man, con Colin Firth. Ese ya era un aliciente para elegirla, pero además Diego insistía en que el director, diseñador de Gucci y por quien nadie daba dos mangos cuando se quiso meter a dirigir, había sorprendido a todos con una película de realización exquisita. Tenía razón. Es de las mejores cosas que he visto en mucho tiempo.
El guión es perfecto, basado en una novela de Christopher Isherwood, amargo y conmovedor. Creo que puede tocar los resortes afectivos de mucha gente (por más grasa que esto pueda sonar), sus preocupaciones vitales y la forma en que nos paramos frente al mundo. La música, de Abel Korzeniowski y Shigeru Umebayashi, también es preciosa y perfectamente adecuada a cada momento. Los actores son fantásticos, bien elegidos, bien dirigidos.
Y, en especial, todo es visualmente tan pero tan lindo que a veces duele. Sin contar a Colin Firth, que encabeza la lista, la ambientación en los principios de los '60 -mi época de diseño preferida- me deja sin aliento, las casas, la ropa, los peinados, los autos, todo.
Filmado además como los dioses, por Tom Ford, de quien nadie va a dudar más si puede o no hacer una película. Yo, por lo menos, no.
Aquí está el trailer que les puede dar una idea de esta belleza. Pero hay que ver la película.
14 comentarios:
El contraste es bestial, verdaderamente. Veré la película. El vídeo primero no lo he podido acabar de ver.
¡PRECIOSÍSIMO! Un hallazgo arqueológico que abre profundidades estilísticas y etnopsicológicas hasta ahora desconocidas al ojo. Un verdadero tesoro. Quiero ver más y más.
(hablo del primer video, claro)
Comprendo perfectamente, Aaoiue, es lo más sano. Pero mirá la película.
Studiolum, por el contrario, debe tener serios problemas mentales...
¡Qué lejos me siento de esos "hermanos latinoamricanos"! Snobismo porteño, sin duda.
Justamente es lo hipnótico y atractivo del primer videíto, la risa llevada al grotesco, el "supuesto" buen gusto con el que contamos y que nos eleva para reírnos desde lo alto tal como explicaba Valle-Inclán cuando hablaba de la génesis de sus personajes o situaciones en Luces de Bohemia si mal no recuerdo. El shock que produce encuentra explicación en la maravillosa Susan SonTag, "notas sobre lo camp", te remito al punto 5. Te dejo el link con el artículo en inglés, es maravilloso...
http://interglacial.com/~sburke/pub/prose/Susan_Sontag_-_Notes_on_Camp.html
sí, era exactamente este credo de Sontag que cité a Julia para convincerla de la grandiosidad del primer video
Desde ya que adoro el camp, con ese amor que produce escozor y cierto espanto! ¿Cómo podría, de otra forma, gustarme tanto Alomodóvar? Lo difícil es ver lo camp en directo y sin mediaciones como en aquel video ¿no? Pero por supuesto, reconozco su grandiosidad.
Ecege, entre paréntesis, tu deletreo de SonTag, me recordó a SungLee ¿fue en mi honor? :-)
Creo que sí :D. Jajaja, son los efectos colaterales y secundarios del primer videíto...
No tengo palabras (hablo del primer video, claro). Voy a ver si encuentro alguna en el Talmud...
PD: Lo de Almodóvar, Julia, reconociendo que es por una vena camp, no te lo tendré en cuenta.
Eso, Jesús, decime si la encontrás...
Lo que quiero que alguien me explique es qué pasa con los intelectuales españoles y Almodóvar. Aviso -para que no me perdones, en todo caso- que no tengo una simpatía tibia y pasajera por el manchego, sino un ferviente gusto y admiración que viene de lejos y se sostiene en el tiempo, por más que tenga películas preferidas y otras que no me gustaron tanto.
Y claro que hay que pensar en lo camp para que guste Almodóvar, en lo grotesco, también, y en lo melodramático absurdo. ¿Dónde queda el humor español?
Quisiera entender.
¡Julia, mujer, no me trates de intelectual, que me haces ganar más dioptrías de las que ya tengo! Mi problema principal con algunas de las películas de Almodóvar, aunque de las de su última época (de Kika en adelante) son casi todas, es que me resulta burdamente inverosímil. Algo tendremos que poder decir los aborígenes con semejante retrato etnográfico de tres al cuarto que Almodóvar casca para alegría y alborozo de extranjeros curiosos. Por ejemplo, mientras un cine entero de franceses finísimos se reía de buena gana donde me temo que no tocaba viendo Volver, yo me aguantaba las ganas de ponerle una reclamación a Almodóvar, por leso sentido del ridículo. Paradigmático de lo que enoja en esa película es la primera escena en la que están las viejas limpiando las lápidas del cementerio.
El humor español que yo quisiera ver más puede quedar a medio camino entre Tip y Coll y Faemino y Cansado.
¿Cómo llamar a quien está a punto de divorciarse de Alfonso de Zamora, Jesús? Erudito, estudioso, casi sinónimos igual de "anteojosos"...
Tu argumento es el mismo que ya me han dado, pero si bien puedo aceptar que no compartan mis gustos no termino de comprenderlo. ¿Por qué se ofenden por el esterotipo hispánico si saben que es un estereotipo? creo que no entra en los parámetros de Almodóvar hacer un realismo naturalista, ni mucho menos, por lo tanto uno no debería ofenderse con el grotesco. ¿O acaso no crees vos que los aristócratas ingleses no son exactamente como los muestran aquí nuestros queridos Python o que una familia de barrio porteña no es tan así como supo perpetuarla nuestra magnífica "Esperando la carroza"?
Me parece que lo máximo que me van a dejar las prisas de esta semana es plagiar lo que ya he dicho en otro lado: «diría que es un problema de géneros cinematográficos: que Almodóvar anda a ver si los deconstruye y va el hombre y los reconstruye pero con ladrillo pintado visto, aunque barato, para que se vea que en la casa se está a la moda y se es in. O como si un menú "argentino" se compusiera de cantidades ingentes, intragables, de res con vacuno y bovino (y chorizo, mucho pero que mucho chorizo asado) y toneladas de dulce de leche y quintales de alfajores, de postre. Como para que quede claro. Pero para uno que conoce de sobra el menú, porque la madre de Almodóvar y la madre de uno estudiaron en la misma escuela de cocina, no es más que una plasta cargante de bien poca sutileza. Como una pizza americana, más o menos. O puede que sea yo, que no me he enterado, que también puede ser perfectamente. También digo que es más de la última década (con puntas catastróficas como La mala educación, por ejemplo). Una peli de transición entre la hiladura fina de antes (por muy pararealista que fuera, que una cosa no quita la otra) y el engrudo de esparto de ahora es La flor de mi secreto: las escenas de Chus Lampreave y Rossy de Palma en el piso (o apartamento) sito en Parla siguen siendo de antología, como alguna cosa de cuando llevan a Chus Lampreave al pueblo ("Qué hermosa está la mañana, Leo: / la luz del sol centellea. / Las flores dan su perfume, / sus rumores la arboleda...") pero luego una insistente línea de restregarme por la cara "Mira, mira lo español que soy y el tipismo que tengo..." Cuando uno es paisano de don Pedro, la cosa acaba siendo cargante por burda, más allá de las virtudes de su lenguaje visual».
¿Quién le hará la French manicure a la Tigresa de Oriente? Me encantó.
Hace ya que no voy al cine, no sé si volveré, aunque Julianne Moore me gusta bastante.
¡Te animaste a verlo ahora! ¿Alguna penitencia?
Es posible que la Tigresa de Oriente se haga ella misma la manicure. Vi en una entrevista con Jaime Bayly que era "esteticien" antes de estrella de la canción (y digo esteticien que suena tan raro para nosotros bien a propósito: para recordar una de mis películas preferidas de Almodóvar)
Julianne Moore está preciosa aquí, no aparece mucho pero, pero con unos trajes y maquillajes de los 60 que son para morirse. Igual su papel es creo el más triste de todos, me pegó fuerte.
¿No dije que me iba?
Adieu
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