Aplastado, tirado y a la espera (quien sabe de qué).
Tantas veces me siento así como éste que me encontré hace poco en el camino.
Le ofrecí un pucho, pero eso no cambia ni soluciona nada, como se puede apreciar:
La procesión va por dentro –dicen– pero ¿qué se hace cuando se es pura chatura?
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