…si lo que es más preciado se esconde y lo más vil se deja expuesto,
¿acaso no es evidente que la sabiduría que se prohíbe ocultar es más vil que la locura que se manda esconder?
Erasmo, Elogio de la Locura

9 may 2014

Elogio de la hospitalidad

Me llegan nuevas noticias del Festival Cervantino de Azul y pienso en el reencuentro con los amigos que nos ganamos a lo largo de estos últimos años de peregrinación constante a esa ciudad tan hospitalaria.

Pienso entonces en la cordialidad de sus bienvenidas y en la melancolía de las despedidas. Así que revuelvo -digitalmente- en las fotos de las últimas visitas y me acuerdo de lo que me había olvidado: la mejor de todas las recepciones que tuve en Azul fue la de noviembre del año pasado cuando fui con toda la familia. 




La cosa fue así; apenas llegamos a Chacras de Azcona, las dos perras y el gato del lugar nos llevaron en tour para reconocer el terreno.


(Bueno, en realidad el gato, como buen gato, se quedó en la parte más cómoda de la casa).



 

Y luego, nos acompañaron mientras dábamos el parte a nuestras madres del  siempre inquietante viaje por la Ruta Nacional 3


Esos llamados son el mejor testimonio de cómo a los 10 minutos de haber llegado, las dos perras nos hacían sentir ya como en casa.




Al atardecer de ese día y en los siguientes, se mantuvieron igual de hospitalarios y compañeros.

 






Supongo que ninguno de los amigos azuleños se va a sentir ofendido por meterlos en esta competencia. ¿No?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joven lectora > futura escritora.

Julia dijo...

:D Gracias, creo que le encantaría :D