No tuve vacaciones este año; no me quejo, no. Que lo mío no es ni hombrear bolsas en el puerto ni someterme a extensísimas horas de oficina bajo la mirada de un jefe. Hasta me da pudor que me paguen por hacer lo que hago. Algo que más bien pagaría yo por hacer ¿Será por eso que lo hago tan mal, como para que no se den cuenta de que lo disfruto? Tendría que hablarlo más con mi terapeuta...
Bueno, la cosa es que nos tomamos 5 días del final del verano para unas minivacaciones en familia, más que nada para llevar a las chicas a algún lado y dedicarles el tiempo a ellas (siempre que nos dejaran leer, descansar, sacar fotos, comer lo que quisiéramos... en fin; la usual dedicación exclusiva de todo padre amante de sus hijos). Cinco días, entonces, donde me había permitido olvidarme de la tesis y sus adyacencias a veces tan complicadas.
Para que el motivo de esta entrada se entienda, es necesario explicar aquí que mi tesis iba a ser en principio sobre Cervantes y los emblemas. Sin embargo, ahora cuando se me va terminando el tiempo ya no sé bien sobre qué será (sí, estoy exagerando) pero es evidente que cada vez trata más sobre Cervantes y menos sobre emblemas. Lo cual es un verdadero problema ¿tiene sentido decir algo más sobre Cervantes? (Me cuesta evitarlo). Y ¿por qué no dedicarse más a la emblemática que podría ser un tema más "original"? (Porque no quiero)
Para que el motivo de esta entrada se entienda, es necesario explicar aquí que mi tesis iba a ser en principio sobre Cervantes y los emblemas. Sin embargo, ahora cuando se me va terminando el tiempo ya no sé bien sobre qué será (sí, estoy exagerando) pero es evidente que cada vez trata más sobre Cervantes y menos sobre emblemas. Lo cual es un verdadero problema ¿tiene sentido decir algo más sobre Cervantes? (Me cuesta evitarlo). Y ¿por qué no dedicarse más a la emblemática que podría ser un tema más "original"? (Porque no quiero)
Pero en estos cinco días en la Comarca de Sierra de la Ventana, en una cabaña pegada a un pequeño zoológico con 10 hectáreas para que todos pastoreáramos a gusto, no me iba a preocupar por eso. Era tema prohibido para mi mente.
Grande fue mi sorpresa cuando entramos a la cabaña y junto a las toallas encontré esto:
¡A quién se le ocurre usar esta marca para jabones! Esta es la prueba de que hay un genio maligno por ahí que quiere complicarme la vida.