16 nov 2009

El delirio de Cande

Esta grabación, de cuando Cande tenía tres años, quedó registrada en el contestador y como nos resultó tan graciosa la filmé con la cámara y la dejé guardada en youtube.

Mientras yo estaba con Trini, Cande atendió el teléfono que tenemos en el dormitorio, pero como el pobre incauto que llamaba ya había empezado a dejar un mensaje en el contestador que está en la cocina, se grabó ahí hasta que yo descubrí el entuerto.




Se podrá ver que Cande le dice cualquier cosa al tal Pablo, por ejemplo que su papá se llama Diego SOLDANO (que era el apellido de un compañerito del jardín de infantes, Alejo, a quien menciona después). O también dice algo de una hermana mayor que está en el cielo... seguramente algo que ver con la película que estaba mirando (o un deseo de matar a su hermana).

NB: tener en cuenta que yo atendí después (cuando se corta la grabación es que llegué a levantar el teléfono del contestador) y tuve que mantener toda una conversación seria mientras el pibe me decía "qué graciosa, tu hija... me estuvo hablando un montón!". Y yo no sabía qué delirios le podía haber dicho Cande... ¡de temer!

1 comentario:

  1. Viste. Ajá. Mi sobrino me hizo una cabronada a esa edad. Resulta que su madre rompió aguas, me lo trajeron a las doce de la noche (a esa hora yo estoy traspuesta), lo acosté en mi cama y la meó. Me fui al sofá por no hacer ruído, porque montar un plegatín a las dos de la mañana ya era mucha juerga. No pegué ojo porque el colchón era nuevo. Por la mañana se bañó mientras yo hacía el desayuno de los dos. Lo acabé de acicalar, me acicalé mientras veía la TV, dibujos animados. Se puso a llover a cántaros. Cogí (perdón) el niño, que tenía 3 años, y un paraguas grande y nos fuimos a comprar flores. Tomamos un taxi y allá que nos fuimos a la Clínica Dexeus. Allí no estaba la madre. Llamé a la mía y me dijo, ah no, es que está en la Clínica del Remei. Sigue lluviendo a cántaros. Cogemos (con perdón) otro taxi y nos vamos a la Clínica del Remei. Allí no estaba mi cuñada. Llamo a mi madre. "Ah, pues será en la del Pilar". Sigue lluviendo o lloviendo a toneles, cojo (con perdón) flores, niño y taxi y nos vamos a la Clínica del Pilar. Tampoco era la Clínica del Pilar. Cojo con perdón taxi, flores y niño y me voy a la casa de mi madre. Llueve sin parar. Le digo: "Concéntrate". "¿Dónde c*ñ* está mi cuñada, me cago en tó?". "No lo sé, es que no me puedo acordar. En Bellvitge". "En Bellvitge, no, joder, que no hay obstetricia". No había móviles por aquel entonces. Así es que probé por última vez en otra clínica. Allí estaba. Llegamos taxi, flores, niño, yo. En la habitación de mi cuñada estaba toda la familia al completo, mi madre incluída (la llevaron en coche). Y entonces el pendejo de mi sobrino dijo: "Marta, ¿por qué me mirabas tanto el culo cuando me bañabas?". Todo esto con una mirada como atravesada y de poseso demoníaco. Evidentemente quedé por pederasta porque eso era más verosímil que pensar que una criatura de tres añitos iba a inventarse algo tan perverso.
    THE END

    Qué voz tan argentina la tal Cande. De plata fina. Un cielo, sí. Me encanta tu niña, aunque da un poco como de miedo.

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